Marc Olivella Lladó
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Perspectiva Chamánica
Después de muchos años nutriéndome con la filosofía japonesa y la metafísica cristiana, comencé a percibir los elementos no solo como fenómenos físicos, sino como fuerzas vivas de la Naturaleza. Ese fue el inicio de una relación más profunda con el mundo elemental, una relación que sigo cultivando a lo largo de mi camino espiritual.
Esta conexión encontró una expresión muy poderosa en mi apoyo al círculo de la Danza de la Luna, donde encarné el rol de “Hombre Fuego”. Allí aprendí sobre los elementos desde la perspectiva de la Rueda de Medicina Lakota. Más tarde, durante una dieta chamánica en Perú y a través del estudio del chamanismo andino, me sumergí aún más en las cosmovisiones indígenas, conectando profundamente con la sabiduría ancestral de los Andes.
En Europa también participé en talleres con la Escuela de Chamanismo Intracultural, donde exploré las prácticas comunes entre diferentes tradiciones que han mantenido viva su raíz chamánica.
Todas estas perspectivas han enriquecido profundamente mi camino con la medicina de las plantas, permitiéndome experimentar con diferentes enfoques e integrar aquello que realmente resuena con mi alma.
Consciente de mi responsabilidad como puente entre mundos, honro la sabiduría ancestral que la humanidad ha resguardado—y, en especial, a quienes han encarnado esta tarea sagrada con integridad. Sin ellos, quizás habríamos perdido nuestra conexión con la verdadera naturaleza de la realidad.
Así que mi enfoque chamánico—natural e intuitivo—es integrar todas estas líneas y perspectivas, y servir como puente entre culturas, entre personas y entre dimensiones. Agradezco profundamente este camino y la oportunidad de recorrerlo con conciencia.
Todo sobre mi
Durante mi juventud exploré una gran variedad de sustancias, muchas de las cuales hoy reconocemos como medicinas sagradas. Todas esas experiencias se fueron acumulando sin una integración adecuada, hasta que ingresé a una Escuela de Metafísica. Allí comencé a ordenar y dar sentido a la información que había recibido, y atravesé iniciaciones que me permitieron tomar conciencia de los distintos roles que estaba llamado a encarnar.
Este proceso abrió la puerta para trabajar como canal y sostener la realidad desde una perspectiva más sutil y expandida. Al asumir mi responsabilidad como puente entre mundos, comencé a ampliar mi espectro terapéutico, resonando profundamente con prácticas como el Jin Shin Jyutsu, la Metafísica, el Biomagnetismo, la Kinesiología Espiritual y la Medicina de Plantas.
Este camino se desarrolló a lo largo de una década de mi vida, hasta que finalmente “salté el puente”: dejé atrás el mundo del “negocio como siempre” para dedicarme por completo al servicio de los procesos de otros. Elegí los retiros individuales y personalizados como el escenario más poderoso e íntimo para poner en práctica todo lo que había cosechado, especialmente en una tierra tan sagrada como este santuario caribeño.