Marc Olivella Lladó
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Biomagnetismo
El Par Biomagnético fue descubierto en 1988 por el Dr. Isaac Goiz Durán, médico cirujano titulado por la Universidad de México.
Se trata de una disciplina terapéutica que utiliza imanes naturales de intensidad media para tratar diversos tipos de enfermedades o disfunciones en el cuerpo.
Esta medicina se basa en las propiedades magnéticas de todos los componentes del cuerpo humano. Cada célula, tejido, órgano y sistema —así como las sustancias químicas que absorbemos o eliminamos— posee su propio campo magnético.
En 1988, el concepto del Par Biomagnético fue introducido como un procedimiento físico que permite detectar de forma cualitativa e indirecta, mediante imanes de intensidad media, los desequilibrios fundamentales de pH en los órganos internos.
El camino del Imán

En 2019 conocí a una mujer diagnosticada con fibromialgia, un tipo de dolor especialmente difícil de tratar. Ella me enseñó algo que marcó un antes y un después: que lo único que aliviaba su dolor eran los imanes.
Me explicó que la ubicación de los imanes se determinaba mediante kinesiología, y que su kinesiólogo trabajaba a distancia, guiando todo el proceso por teléfono.
En ese momento, yo ya había estudiado kinesiología, pero aún no confiaba del todo en mis propias pruebas. Ese mismo año viajé a España y entré en la Escuela Europea de Biomagnetismo.
Tuve el gran honor de aprender con un maestro muy especial, profundamente conectado con la metafísica, quien me mostró una nueva forma de testeo con kinesiología. Y ahí todo encajó. Lo sentí. Integré completamente esta práctica en mi vida cotidiana y en mi trabajo terapéutico.
Aunque el biomagnetismo es quizá la técnica más "científica" dentro de mi caja de herramientas, en mi búsqueda de eficacia se ha vuelto un recurso clave para tratar dolores físicos y desbalances bacteriológicos. Es un puente entre la energía y la materia, entre la precisión y la intuición.