Crónicas de Nehmiah en Babilonia. Entrada XIX "el Culto a la Productividad"

Cuando producir más no significa vivir mejor.

En el altar de Babilonia, no hay incienso ni flores silvestres.Hay pantallas, relojes y listas de tareas.Se adora al "hacer", se desprecia al "ser".Y así, día tras día, se sacrifica la presencia en nombre del rendimiento.

Nos enseñaron que si no produces, no vales.Que descansar es sospechoso.Que el ocio es pecado capital.Y así, olvidamos que la vida no es una fábrica,sino un pulso que respira, un fuego que también necesita ceniza.

Este culto tiene sus sacerdotes: los coaches del hustle,y sus oráculos: los algoritmos de eficiencia.Y aunque prometen éxito, nos cobran el alma:fatiga crónica, ansiedad como moneda corriente,y relaciones que se marchitan porque "no hay tiempo".

Pero Nehmiah recuerda…En los pueblos antiguos, trabajar era parte del ciclo, no el centro.Había tiempo para sembrar, para danzar, para mirar el cielo sin culpa.La productividad no era una adicción, sino una parte de la danza.

Entonces... ¿qué quemamos hoy en el fuego?

🔥 Quemamos la creencia de que descansar es perder el tiempo.🔥 Quemamos la obsesión por justificar nuestra existencia con resultados.🔥 Quemamos la idea de que lo que haces define quién eres.

Y desde las brasas, nace un recordatorio:

“Soy valios@, incluso cuando no produzco nada.”“Mi fuego interior no necesita ser explotado, sino honrado.”“Mi valor no se mide en entregas, se siente en mi presencia.”