Crónicas de Nehmiah en Babilonia. Entrada XXXII "El Lirio que no pide Tierra"

En Babilonia, todo necesita tener lugar,

categoría,

función.

¿Quién sos?

¿Dónde vivís?

¿A qué te dedicás?

¿Con qué frecuencia te “trabajás”?

Todo tiene que estar pegado a algo.

Rótulos,

resultados,

raíces duras.

Porque si no estás fijo...

pareciera que no existís.

Y sin embargo,

hay seres que flotan.

Y florecen.

Como el lirio de agua (Eichornia Grassipes)

Ese que vi una vez en el río Telire, mientras un Hermano medicina Bribri lo señalaba como aquella Planta que el Awá de la tribu usa en sus consultas y tuvo la amabilidad de dar la vuelta con el cayuco para que recogiera este especimen de la foto.

No tenía raíz en la tierra.

Pero ahí estaba:

bello,

morado,

firme y suave.

Limpiando el río.

Abriendo el corazón.

Sosteniéndose entre hermanas flotantes.

Y pensé:

¿qué pasaría si lleváramos esa medicina a Babilonia?

¿Qué pasaría si nos permitiéramos florecer sin necesidad de pertenecer?

Si soltáramos la presión de “encajar”y simplemente fuéramos quien somos,

donde sea que estemos...?

Ritual flotante para almas desubicadas

1. Dibuja o visualiza un lirio de agua (aunque sea simple).

2. Escribí en él (mental o literal):

   “Floto. No me hundo. Y florezco donde menos se espera.”

3. Colócalo cerca del agua: una planta, una taza, un río si tenés.

4. Y repetí:

   “Mi medicina no necesita permiso.Solo necesita espacio.”

Hay almas que vinieron a ser raíces.

Y otras, a ser lirios.

Ninguna es mejor...

Pero una… no puede fingir ser la otra.