Crónicas de Nehmiah – Entrada V: El lenguaje de las señales

Hay un lenguaje que no se escribe con letras,ni se articula con la lengua.

Es anterior al verbo.

Más rápido que el pensamiento.

Más profundo que la emoción.

Es el lenguaje de las señales.

Cuando la mariposa se posa justo en tu hombro.

Cuando el mismo número te persigue durante días.

Cuando sueñas con alguien y esa persona aparece.

Cuando te cae una pluma blanca en medio del cemento.

Nada de eso es casualidad.

Las señales son el modo en que la Realidad responde cuando la escuchas con atención.

No son mandatos ni advertencias.

Son susurros del campo, ecos de tu conciencia dialogando con el Gran Tejido.

No necesitas entenderlas de inmediato.

Solo reconocerlas.

Honrarlas.

A veces, basta con decir en voz baja:—“He visto.”

Ese pequeño gesto —el testigo presente— activa rutas internas, reconecta líneas temporales, despierta células dormidas.

Un pequeño ritual de alineación con las señales:

Sal al aire libre al comenzar el día.

Coloca la mano en tu corazón y otra sobre tu vientre.

Di tres veces con intención:

“Que mis ojos vean lo invisible.Que mis oídos oigan lo sutil.Que mi alma recuerde lo que ya sabe.”

Luego camina… y permite que la vida te hable.

No preguntes, no busques.Solo camina como quien ya sabe que está siendo guiado.

Las señales aparecerán.