Crónicas de Nehmiah Entrada XXIV "El Fuego del Enamoramiento"
- holisticbridgeheal
- 21 may
- 2 Min. de lectura
Dicen que el fuego del enamoramiento ilumina la vida.
Y sí, lo hace.
Pero también puede cegarnos.
Ese primer chispazo,
esa vibración que recorre el cuerpo y nos hace sentir que el mundo,
por fin,
tiene sentido…
puede ser un truco elegante del ego para mantenernos entretenidos,
aferrados,
confundidos.
Como una fogata mal cuidada,
que empieza hermosa…
pero termina devorando el bosque.
El enamoramiento,
cuando se alimenta de fantasías,
carencias no vistas,
y miedos antiguos,
se convierte en un fuego tóxico.
Nos hace adictos al subidón,
nos ata a promesas invisibles,
nos confunde con espejismos disfrazados de destino.
Nos enseñaron a buscar “la otra mitad”,
como si estuviéramos rotos.
Como si el amor tuviera forma de contrato emocional a plazo fijo.
Pero el Amor…
el Amor de verdad…
es otra cosa.
No grita.
No suplica.
No persigue.
El Amor es fuego también, sí, pero de ese que cura,
no el que arrasa.
El Amor verdadero no necesita de la angustia de “ser correspondido”.
No necesita que el otro sea lo que soñamos,
sino que simplemente SEA.
El enamoramiento,
cuando se vuelve obsesión,
se convierte en apego disfrazado.
Y el apego no ama.
El apego tiene miedo.
Miedo a estar solo,
miedo a no valer,
miedo a no ser suficiente.
¿Y si usáramos ese mismo fuego… para transformarnos?
Porque el fuego no solo destruye.
También transmuta.
Podemos permitirnos sentir ese volcán,
ese temblor interno…
y en vez de correr a buscar refugio en otro cuerpo,
mirar hacia adentro.
¿Qué parte de mí busca validación a través de otro?
¿Qué herida estoy intentando calmar con esta fantasía de unión?
¿Qué versión de mí se está muriendo porque ya no puede seguir huyendo?

Ritual de transmutación
Escribe una carta al enamoramiento. Dale nombre. Dale forma. Dale rostro.
Agradécele todo lo que te enseñó.
Enciende una vela. No para quemarlo… sino para transformarlo.
Di en voz alta:“Elijo el fuego que enciende mi verdad, no el que me arrastra por ilusión.”
Respira profundo. Y deja que se apague solo.
El fuego puede ser maestro, o tirano.Tú decides si lo usas para cocinar tu medicina… o para quemarte una vez más.



Comentarios