Revisión cuántica de la depresión el Arte de sostener el vacío
- holisticbridgeheal
- 13 abr
- 3 Min. de lectura
En el lenguaje de Jin Shin Jyutsu, no hablamos de enfermedades, hablamos de proyectos.Y cada proyecto trae consigo un propósito sutil, una dirección del alma que escapa al control del ego.
La "depresión" —tan temida, tan medicada, tan incomprendida— es uno de esos proyectos.
Desde la mirada cuántica, no es una falla del sistema.Es una pausa orquestada. Un repliegue del ser para permitir que emerja un nuevo código.
No es un error. Es un umbral.
¿Qué sucede en realidad?
En términos energéticos, cuando la frecuencia de vida que sosteníamos deja de tener coherencia con nuestro estado evolutivo, el campo colapsa para regenerarse.Lo que se siente como tristeza, inmovilidad o pérdida de sentido... es, en verdad, una reconfiguración silenciosa.
Es el alma deteniéndose a afinar su instrumento.
Sostener el Espacio (en lugar de “arreglarlo”)
El mayor acto terapéutico en este proceso no es intervenir.Es sostener el espacio vacío con presencia.Como si acompañaras a una crisálida sin exigirle que vuelva a ser oruga.
Claves para sostenerte en ese tránsito:
Deja de buscar la salida: Toda búsqueda desesperada de “sanar” te arrastra de nuevo al modo mental. Este no es un tiempo para empujar. Es un tiempo para reposar en el no-saber.
Crea un santuario interno: Un rincón, una práctica, un aroma, un símbolo. Algo que ancle la presencia sin exigir movimiento.
Escucha el cuerpo como oráculo: Si te pide descanso, silencio o naturaleza, obedece. La mente no está al mando aquí; el cuerpo lleva la sabiduría antigua.
Nombra el proyecto: “Estoy en un proceso de re-cableado vibracional”, “Estoy resembrando sentido”, “Estoy en pausa sagrada”.Las palabras crean campos. Usa lenguaje vivo.
Permite que el nuevo código emerja sin juicio: Tal vez regreses con una nueva visión, una sensibilidad más aguda, un rumbo que jamás habrías considerado.
Lo que viene después…
Si sostienes el espacio con ternura, sin prisa, el “proyecto” culmina con una claridad que no puedes forzar desde el pensamiento.Y entonces sucede:
El retorno del pulso vital, no como antes, sino más verdadero.
La reconexión con el alma, no por deber, sino por elección.
Y el nuevo código, que no es mental, sino frecuencia viva en tu campo.
No estás roto. Estás en pausa.No necesitas ser salvado. Necesitas ser sostenido.
No se trata de mejorar. Se trata de recordar quién eres cuando dejas de forzarte a ser funcional.
Este texto no es una receta. Es un espejo.
Y si algo dentro de ti respira más hondo al leerlo……es porque ya sabes esto. Solo necesitabas que alguien lo dijera así

Apoyo de la Madre Tierra
Mientras atraviesas este umbral, la Tierra sigue cantando para ti. Su medicina no llega en forma de soluciones, sino de presencia viva. En vez de “hacer algo para salir”, puedes nutrir el espacio desde adentro con gestos simples y rituales conscientes:
Bebe infusiones de plantas que sostienen el corazón: tilo, melisa, rosas, lavanda. O de raíces que te devuelven al cuerpo: jengibre, ashwagandha, regaliz.
Come alimentos que abracen, que no llenen huecos sino que honren el vacío: caldos vivos, semillas germinadas, fermentos suaves.
Camina descalzo. Apóyate en un árbol. Deja que el viento ordene tu campo. La naturaleza no te pide que mejores, solo que estés. Y en ese estar, te reordena.
Haz espacio para la belleza: una piedra, un fuego, una flor. La belleza es una medicina cuántica que recuerda al alma por qué eligió encarnar.
Una invocación para el alma en pausa
Que tu pausa no sea ausencia,sino nido de retorno.Que la Madre te envuelva sin palabras,y que tu corazón, sin hacer ruido,recuerde que ya está completo.
Respira.Todo lo que necesita florecer, ya ha sido sembrado en ti.



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